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PRRS: EL MEJOR PRETEXTO PARA DEJAR DE PRODUCIR.
Desde que comenzó a diagnosticarse en granjas el Síndrome Respiratorio y Reproductivo del Cerdo (PRRS por sus siglas en inglés) hace ya algunas décadas, todos tuvimos la perfecta excusa para dejar de esforzarnos y enfocarnos en obtener resultados. El PRRS había llegado para quedarse.
Brotes severos de la cepa americana, luego la cepa europea, la mutación, la transmisión por casi cualquier vía, incluso por aire, lo tardado de producir vacunas efectivas, las escazas medidas de bioseguridad que presentaban la mayor parte de nuestras granjas, las compañías de genética fueron afectadas también, así que recibíamos primerizas y sementales positivos, en fin, una interminable cascada de eventos que hicieron que el Terror se apoderara de las granjas, los productores, los veterinarios y los asesores.
Finalmente, la ciencia se encargo de crear vacunas, de mejorar bioseguridad, las compañías de genética se esforzaron por producir libres de PRRS, y ahora podemos decir que se respira una calma mediática que solamente se rompe cuando escuchamos de algún rebrote, o una granja negativa que “Ya trono”
Pero nos quedo el “Paradigma” de: “Es que estamos positivos”, y el PRRS no ha terminado de irse. Seguimos teniendo patología subclínica, y de repente se vienen abortos, o incremento de mortinatos, o mortalidad en lactancia, y eso implica directamente brotes agudos inconsistentes en destetes y engordas.
¿Pero qué hay de las granjas que han seguido produciendo a pesar de todo?
Son muchas granjas que han tenido brotes y se han sobrepuesto rápidamente, y se mantienen bajo control, incluso negativas. Sera cuestión de magia? ¿Quizá algo divino? ¿Extraterrestres?
Desde luego que no; estas granjas incluso empresas completas han trabajado muy duro en lo que, ¡¡SI SE PUEDE HACER!!, enfocándose en los animales productivos, los que no abortaron, los que no murieron, los que son el porcentaje de eficiencia que al final paga las perdidas. Apegándose a protocolos de vacunación, medidas extremas de bioseguridad, menos estrés, mejor manejo, concientización de todos, y al final, en el recuento de los daños, siempre hay una parte sana, que, junto con la buena actitud, mantiene la empresa a flote.
¡Aprendamos la lección!.
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